Liu Yiqian compró una taza de 500 años de antigüedad solo para ver que se sentía beber té de ella.
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Daily Mail

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El taxista chino que se convirtió en coleccionista de arte

Liu Yiqian fue taxista y vendió bolsos en las calles de Shanghai, su ciudad natal, hoy tiene una fortuna avaluada en más de mil millones de dólares.

Liu Yiqian, de 52 años, es el 'taxista del millón de dólares'. Sus humildes comienzos vendiendo bolsos en las calles de Shanghai, la capital de China, contrastan con la envidiable fortuna que mantiene en la actualidad. Su última muestra de opulencia ha sido comprar una obra de arte del pintor italiano Amedeo Mogliani con un costo de 170,4 millones de dólares (alrededor de 501.235 millones de pesos).

Yiqian se denomina a sí mismo como un 'tuhao', un término chino que se usa para referirse a una persona que ha ganado mucho dinero pero que no ha adquirido el mismo nivel de 'refinamiento cultural'. La razón es simple, no viene de una acomodada familia de su país, amasó su riqueza desde abajo.

A los 14 años dejó la escuela y empezó a ayudar a su madre vendiendo bolsos que ella hacía. Haciendo gala de un extraordinario olfato para los negocios, el futuro millonario desarrolló un metodo para vender los bolsos mucho más baratos, lo que le permitió vencer a sus competidores y rentarle a su madre su tienda.

La obra de arte que compró el millonario chino por más de 500.000 millones de pesos.

Aprovechando el dinero que ganaba, Yiqian compró un taxi y se pudo a trabajar conduciendo en las calles de su ciudad. 

Ahorrando llegó su gran momento, cuando cumplió 27 años decidió invertir en el mercado accionario el dinero que tenía. Allí un golpe de suerte le hizo amasar un total de dos millones de yuanes (923 millones de pesos), lo que le permitió seguir creciendo sus ganancias.

En la actualidad tiene una fortuna de más de mil millones de dólares y le llaman 'el excéntrico Mr Liu', reconocido por usar camisetas para ir a trabajar y dejarse la barba.

Él mismo reconoce que no sabe nada de arte, el año pasado incluso compró una taza de té la dinastía Ming de China (con más de 500 años de antigüedad) y se puso a beber de ella "solo para ver como se sentía".

El magnate no sabía practicamente nada sobre la obra de arte de más de 500 mil millones de pesos que estaba comprando, una vez incluso dijo: "Cuando ve a otros pujando en una subasta, yo solo compito. Después de que hago la compra les pregunto '¿por qué esta pieza es buena?'".

Junto con su esposa, Wang Wei, este 'nuevo rico' ha montado un museo ubicado en Shanghai con más de 2.300 piezas de arte.

 

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